El trastorno en el procesamiento sensorial puede afectar la capacidad de hacer amigos, jugar y generar problemas en la autonomía en el cuidado personal. Dentro de la sala de clases, los niños y niñas pueden presentar problemas de conducta, en su coordinación motriz y también generar problemas de aprendizaje.
Estas conductas fueron descritas por la Dra. Jean Ayres, terapeuta ocupacional estadounidense. Ella describió las TPS como un conjunto de técnicas atípicas relacionadas con un procesamiento sensorial deficiente.
Por ejemplo: Si un niño o una niña aparentemente normal no puede llevar a cabo actividades cotidianas, como son el juego, las tareas escolares, alimentación, higiene se debe sospechar que padece un transtorno en el procesamiento sensorial (TPS).
La teoría de la Integración sensorial nos indica como cada persona interpreta la información que llega al Sistema Nervioso Central (SNC), tanto del entorno como del propio cuerpo. Cuando la persona recibe esta información puede planificar las reacciones adaptadas a las exigencias del ambiente. La Teoría de integración sensorial cuenta con todos los sistemas sensoriales, pero se centra principalmente en tres sistemas: sistema táctil, sistema propioceptivo y sistema vestibular.
Ejemplos de TPS: Hipersensible e Hiposensible
Por ello un niño que es hipersensible al tacto tendrá, a menudo, reacciones agresivas ante el tacto inofensivo, no le gustará que lo peinen, estará alerta a las etiquetas de la ropa y no se sentirá a gusto al cortarse el pelo o las uñas. En cambio, un niño/a que es hipo- sensible al tacto necesitará que los estímulos sean más intensos.
Se da frecuentemente el caso de que el niño que es hipo- responsivo al tacto también es hipo – responsivo al estímulo propioceptivo. Debemos recordar que la propiocepción nos permite percibir los movimientos de las articulaciones y de todo el cuerpo, la posición de este o de sus partes. El niño con problemas en el procesamiento de las sensaciones propioceptivas mostrará poca fluidez en sus movimientos y es posible que aplique sobre los objetos una fuerza inapropiada, a veces excesiva. En cambio, los niños hipersensibles al estimulo propioceptivo no le suelen gustar los balanceos, los columpios y a veces presentan dificultades en la motricidad fina.
El sistema vestibular es el tercer gran sistema, algunos niños son hipersensibles al estímulo vestibular y reaccionan de manera exagerada al movimiento y a cualquier desplazamiento de su corporal fuera de la verticalidad. Estos niños son excesivamente cautos y no exploran mucho el medio que los rodea. Pueden demostrar mucho temor a los típicos juegos de parque, por ejemplo: columpios, toboganes, resbalines, etc.
En cambio, los niños hipo-sensibles a los estímulos vestibulares están constantemente balanceándose y corriendo.
Síntomas de un transtorno en el procesamiento sensorial
A continuación, se enumeran síntomas de un transtorno en el procesamiento sensorial, no es necesario que un niño reúna todos los síntomas para que se sospeche de la existencia de un TPS. Si se observan 2 o 3, y además el niño presenta dificultades en la conducta, atención, aprendizaje o la coordinación motora, es aconsejable remitirlo a terapia con un especialista.
- Llora mucho, se le considera irritable.
- Come mal: Rechaza texturas, sabores u olores.
- Rechaza ciertos cuidados de higiene, lavar el pelo, limpiar oídos, cepillar los dientes o cortar las uñas.
- Muestra fuertes preferencias por ciertas prendas de vestir, le molestan los zapatos, se queja de arrugas en los calcetines.
- Evita todo tipo de movimiento brusco, se mantiene al margen de los columpios.
- Se cansa más rápido en las actividades físicas.
- Duerme mal: Tiene dificultad para quedarse dormido o mantener el sueño conciliado.
Por Kinesióloga Allyson Fernández Varela.